La primera constancia escrita del parmesano, data de 1254 en una acta notarial en el Archivo Histórico de Génova, donde se menciona el “Caseus Parmensi”, casi ocho siglos de historia documentada. Un tesoro que debe dormir como mínimo doce meses en enormes secadoras y para el que se necesitan 50 litros de leche de vaca para convertirse en una pieza de 40 kg. Con más de 100 años de experiencia esta empresa familiar nos muestra su recorrido y saber hacer en el paladar. Un Parmesano de 30 meses de maduración y de leche cruda. Sabor dulce y semigraso, que crujirá en tus dientes por los cristales precipitados en su pasta. El sabor, bastante longevo, de la tradición.