Los que somos amantes de los quesos de calidad nos pasamos la vida en busca de las creaciones más olorosas, más intensas... Francamente, no entendemos por qué decir que un queso “huele a calcetín sudado” es peyorativo, cuando se trata de queso. Para algunos, el queso no es queso a menos que tenga un poco de mal olor.
En los quesos de esta tabla, en su mayoría de corteza lavada, encontraremos olores fuertes a hongos, cebolla y establo, que serán la compañía perfecta para un blanco dulce con buena acidez, un riesling de vendimia tardía, o de una buena cerveza tostada.