Chevretta 12 meses, Gouda de granja 48 meses, Cheddar de granja 15 meses, Parmiggiano Reggiano 24 meses, Manchego Reserva 18 meses
Podríamos hacer el chiste aquel de: "de qué estaba enfermo el queso curado?" pero... seamos serios... son muchas las razones por las que elegimos los quesos curados. Unos porque tienen menos lactosa, otros porque les gusta morder ese cristalito llamado tirosina y que hace un efecto crocante tan divertido. También son los que más se prestan para rallar sobre una pasta... Y es que en España hemos sido siempre de quesos curados. La razón puede que sea por las condiciones de elaboración y maduración, que nos han llevado generalmente a elaborar quesos muy prensados. También por nuestra viticultura, ya que son la pareja perfecta de un vino tinto con cuerpo, y es que, como nos dice el escritor británico Hugh Johnson en la guía Pocket Wine Book, “cuanto más duro es un queso, más taninos aguanta, y cuanto más cremoso, más acidez necesita”.